Semántica…
Así, como salida de una novela de ficción, de traición, de romance y de tragedia, así justo como cualquier comedia.
…Habían pasado una tarde increíble, y aunque no era la primera en que convivían, si la primera en que estuvieron juntos; sus cuerpos se habían entregado y se habían fundido en un solo ser.
Después de tantas trabas del destino, después de tantas complicaciones se habían encontrado en una habitación para cubrirse de la lluvia; sus cuerpos se entendían mas allá de las palabras, sus labios se encontraban sin buscarse y sus miradas, sus miradas eran tan intensas…
Con tanta actividad les dio hambre, así que fueran a una cafetería cercana.
-¿Estás triste amor?
-No, no es eso.
-¿Entonces?, ¿qué es lo que te sucede?
-Nada.
-¿Nada?
-No de verdad, nada.
-No, no es cierto, mírate- mientras sacaba un espejo de su bolsa-
-¿Qué quieres que mire?
-Tu cara… tus ojos… sabes que no puedes mentir.
-Es que no me entiendes.
Pensó… aquí vamos de nuevo, lo hemos hablado tantas veces y aquí vamos de nuevo, que no se dará cuenta lo mucho que duele?!? Dejó a un lado el celular después de mandar un mensaje al 911, sabía que después de esa charla necesitaría ayuda y sin embargo continuó.
-Estás pensando en ella verdad? -Sus ojos cayeron tan lenta y profundamente, que sin poder evitarlo se hundieron en el café.
-No necesitas decirlo, te lo dije tus ojos no saben mentir.
-Que quieres que te diga.
-La verdad.
Primer gran error, no pidas la verdad a menos que estés preparado para escucharla. –Dime algo, y no pienses en nada mas que la verdad
Segundo error
–Cuando estas conmigo piensas en ella?
De verdad quería saberlo?, por qué le había hecho esa pregunta, estaba conciente o solo fue un impulso mas… Posiblemente fue una fracción de segundo, aunque pudo haber sido más, talvez fueron uno o más segundos, pero la espera fue tan grande que el café se enfrió tanto que parecía haber sido preparado en el ártico, los nervios destrozaron la poca o mucha cordura hasta que…
-Si, y ese es el problema, no me la puedo sacar…
Se habían terminado las palabras, el aliento, la ternura, el calor, la conciencia, las ilusiones, los sueños, las alegrías, probablemente … (suspiro), la vida también se había terminado.
Como escena planeada por Maquiavelo un auto pasó por enfrente de la cafetería, ella lo miró de reojo mientras se cuestionaba en voz alta, acaso es ella?
Irremediablemente volteó, para confirmar sus temores, el miedo lo invadió y la ansiedad se apoderó de él.
– Me tengo que ir a solucionar esto.
– Nos vió?
– No lo se, pero entiéndeme me tengo que ir…
– Esta bien, vete, aquí me quedo yo.
Se quedó ahí, si decir palabra alguna, si hablar sin sentir, sin pensar, sin soñar… sin vivir; pago la cuenta sin siquiera levantar la mirada, no podía, mas que caminar, subió lentamente a su auto, bajo un poco la ventana para tomar aire y sentir la lluvia en su rostro pretendiendo que éstas eran sus lágrimas, conectó el Ipod y entre la música se perdió. El tráfico no le hizo ordenar sus ideas, miles que cosas pasaban por su mente sin ninguna razón, la música sonaba cada vez más alta y ella cantaba con el corazón, la persona del 911 jamás se apareció.
Él llegó a su casa y no hubo necesidad de explicación, dio un beso, dijo lo siento y después de eso todo cambió.
Irremediablemente sus caminos se cruzaban, tal vez, mas de lo que hubiesen deseado, convirtiendo esos minutos en atormentantes horas de angustia, a ignorarse fue el acuerdo al que llegaron. Ella estaba tan triste, como mala influencia la habían tratado, él no lo entendía, por que ella habría cambiado.
Ya no había forma de reescribir esas líneas, ahora se encontraba en el pasado, pero que habría sido si la pregunta hubiese cambiado.
-…Cuando estamos juntos, piensas en mí…?
Así, como salida de una novela de ficción, de traición, de romance y de tragedia, así justo como cualquier comedia.
…Habían pasado una tarde increíble, y aunque no era la primera en que convivían, si la primera en que estuvieron juntos; sus cuerpos se habían entregado y se habían fundido en un solo ser.
Después de tantas trabas del destino, después de tantas complicaciones se habían encontrado en una habitación para cubrirse de la lluvia; sus cuerpos se entendían mas allá de las palabras, sus labios se encontraban sin buscarse y sus miradas, sus miradas eran tan intensas…
Con tanta actividad les dio hambre, así que fueran a una cafetería cercana.
-¿Estás triste amor?
-No, no es eso.
-¿Entonces?, ¿qué es lo que te sucede?
-Nada.
-¿Nada?
-No de verdad, nada.
-No, no es cierto, mírate- mientras sacaba un espejo de su bolsa-
-¿Qué quieres que mire?
-Tu cara… tus ojos… sabes que no puedes mentir.
-Es que no me entiendes.
Pensó… aquí vamos de nuevo, lo hemos hablado tantas veces y aquí vamos de nuevo, que no se dará cuenta lo mucho que duele?!? Dejó a un lado el celular después de mandar un mensaje al 911, sabía que después de esa charla necesitaría ayuda y sin embargo continuó.
-Estás pensando en ella verdad? -Sus ojos cayeron tan lenta y profundamente, que sin poder evitarlo se hundieron en el café.
-No necesitas decirlo, te lo dije tus ojos no saben mentir.
-Que quieres que te diga.
-La verdad.
Primer gran error, no pidas la verdad a menos que estés preparado para escucharla. –Dime algo, y no pienses en nada mas que la verdad
Segundo error
–Cuando estas conmigo piensas en ella?
De verdad quería saberlo?, por qué le había hecho esa pregunta, estaba conciente o solo fue un impulso mas… Posiblemente fue una fracción de segundo, aunque pudo haber sido más, talvez fueron uno o más segundos, pero la espera fue tan grande que el café se enfrió tanto que parecía haber sido preparado en el ártico, los nervios destrozaron la poca o mucha cordura hasta que…
-Si, y ese es el problema, no me la puedo sacar…
Se habían terminado las palabras, el aliento, la ternura, el calor, la conciencia, las ilusiones, los sueños, las alegrías, probablemente … (suspiro), la vida también se había terminado.
Como escena planeada por Maquiavelo un auto pasó por enfrente de la cafetería, ella lo miró de reojo mientras se cuestionaba en voz alta, acaso es ella?
Irremediablemente volteó, para confirmar sus temores, el miedo lo invadió y la ansiedad se apoderó de él.
– Me tengo que ir a solucionar esto.
– Nos vió?
– No lo se, pero entiéndeme me tengo que ir…
– Esta bien, vete, aquí me quedo yo.
Se quedó ahí, si decir palabra alguna, si hablar sin sentir, sin pensar, sin soñar… sin vivir; pago la cuenta sin siquiera levantar la mirada, no podía, mas que caminar, subió lentamente a su auto, bajo un poco la ventana para tomar aire y sentir la lluvia en su rostro pretendiendo que éstas eran sus lágrimas, conectó el Ipod y entre la música se perdió. El tráfico no le hizo ordenar sus ideas, miles que cosas pasaban por su mente sin ninguna razón, la música sonaba cada vez más alta y ella cantaba con el corazón, la persona del 911 jamás se apareció.
Él llegó a su casa y no hubo necesidad de explicación, dio un beso, dijo lo siento y después de eso todo cambió.
Irremediablemente sus caminos se cruzaban, tal vez, mas de lo que hubiesen deseado, convirtiendo esos minutos en atormentantes horas de angustia, a ignorarse fue el acuerdo al que llegaron. Ella estaba tan triste, como mala influencia la habían tratado, él no lo entendía, por que ella habría cambiado.
Ya no había forma de reescribir esas líneas, ahora se encontraba en el pasado, pero que habría sido si la pregunta hubiese cambiado.
-…Cuando estamos juntos, piensas en mí…?
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