Y como Alicia fui cayendo, girando girando hasta llegar al fondo del agujero del conejo. No sabía como había llegado hasta ahí, pero, este nuevo mundo era extremo; tan lleno de nuevas sensaciones, miedos viejos y miedos nuevos, dudas, incertidumbres, pero seguí. Tome una mano que me decía “no pienses” y tratando de no pensar seguí adelante, como un niño pequeño aprendiendo a caminar comencé a dar mis primeros pasos, un terreno tan desconocido para mi como una tierra virgen.
No era un príncipe, pero era mi sapo azul, no el hombre perfecto pero si el adecuado para mi, el que me hizo en muy poco tiempo darme cuenta de que el miedo era normal, pero no tan grande como para dejarse vencer…
La cosa es que hoy te extraño, pienso en ti y aunque no lo quiera llego al maldito “what if..” Extraño tantas cosas, tu ternura, tu dulzura, tu paciencia, tu firmeza, tu serenidad, tu mirada, tu voz… extraño tus brazos haciéndome segura y mis brazos cuidándote… en fin… la cosa es que te extraño por que en realidad… me enamore de ti…
(... de nuevo pensando en ti…)
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