En realidad, no se trata de que sea bello, o grueso...
.... en realidad (sigh)... no se trata de nada...
él existió (existe... en mi corazón), esa fue su vida y lo que me dejó...
Creo, que trascender, no depende de los edificios que construyas, o monumentos. Trascender esta en las pequeñas pero significativas hazañas que enfrentamos en el día a día, en lo bueno que podemos dejar en los demás.
Él es un gran hombre, el que mas he admirado, el que cada día camina a mi lado, el que yo se que desde algún lugar me cuida y me procura.
Él era mi abuelo, el dicharachero, el goloso, el que comia crema de maní por las mañanas y aseguraba que una comida sin dulce no es comida; el que con una mirada podía averiguarlo todo.
Esa fue su vida, la prueba que le toco vivir y la forma en que la enfrentó, si... puedo casi saberlo, podría estar segura, cuando ella vino a buscarlo él andaba distraido, lo tomó por sorpresa y no lo dejo luchar.
Rencorosa y vengativa, regresaba una y otra vez, pero él fue fuerte... Recuerdo una vez, tenía dos hijos pequeños, mi abuela lo vió tendido en una cama del hospital y se lo advirtió -Ahhh nooo... ami no me vas a dejar con estos niños pequeños, no se como le haces pero te me levantas de esa cama, no te puedes morir y dejarme aqui. ¿Cómo esperas que los crie yo sola?!
Si... varias fueron las anécdotas, y el Hospital de la Raza el escenario donde estas se presentaban, excepto ese día...
Lo recuerdo en tonos sepia... lo recuerdo como si pasara lentamente y yo lo viera desde la distancia, como si lo hubiese vivido yo, pero no lo hubiese vivido yo...
Era un sábado, como cualquier otro sábado por la mañana, mi hermano y yo nos habíamos despertado para ver televisión acurrucados en nuestra cobija de caballos; veíamos "Que payasos" que en esa época lo transmitían desde "Reino Aventura", de pronto, un toquido en la pared; un toquido en la pared significaba que llamaban desde la casa de a lado y era mucho mas rápido y eficiente que llamar por teléfono.
Mi madre salió, regresó mas apurada que de costumbre y todo cambió... A lo lejos comenzaron a sonar las sirenas, las mismas sirenas que anunciaban que algo pasaba, las mismas sirenas que tanto tiempo antes me acostumbré a escuchar, aunque esta vez, sonaban diferente...
Paralelamente, mi papá se vistió rápidamente y siguió a mi mamá, nos dieron un beso en la frente y dijeron, -su tía vendrá a buscarlos, vayan con ella y pórtense bien...
Ella llegó, tomamos ropa para 2 días, y nos fuimos con ella.
Yo sabía que algo no andaba bien, y no solo no andaba bien, algo andaba MUY MUY MAL...
Ir a casa de mi tía era como tener vacaciones, tenía perros, gatos y pájaros, preparabamos pasteles, galletas, cocteles de frutas con perlas, comíamos tacos, rentabamos películas y comíamos palomitas, y todo eso sin la censura de nuestros padres!!
Si.. algo andaba muy mal...
Esa noche, después de bañarnos, mi tía seco nuestro cabello y nos dijo, hoy vamos a rezar. Ella lo sabía, sabía algo y no nos lo había dicho, sabía que algo había pasado pero no nos decía que; recuerdo haberme enojado, pues mi hermano, en un ataque de nervios comezó a reir mientras rezabamos un padre nuestro. Esa noche dormi con los ojos abiertos, me sentía incompleta, algo habían tomado de mi vida y ese algo nunca más volvería, no sabía como, ni porque, pero un pedacito de mi alma se había perdido y no supe porqué...
Pasaron muchos años, para que dejara de llorarle, cada día en su cumpleaños, le llevaba una flor blanca a la capilla donde él esperaba mi llegada, le hablaba y él me respondía... pasaron tantos años... y cada año en el día de su muerte le lloraba, me enojaba que él no estuviera a mi lado y se lo reprochaba.... Un buen día alguien me dijo "cuando lo vas a dejar descansar" y entonces todo lo entendí...
Él se había marchado, pero no del todo... él aún vivía en mi, en mis recuerdos, en sus palabras, en las sencillas pero grandes enseñanzas que me dejó.
Ahora, ya no le reclamo, ni le lloro, solo pienso mucho en él, y creo que es un ser humano del que vale la pena crear un post.
.... en realidad (sigh)... no se trata de nada...
él existió (existe... en mi corazón), esa fue su vida y lo que me dejó...
Creo, que trascender, no depende de los edificios que construyas, o monumentos. Trascender esta en las pequeñas pero significativas hazañas que enfrentamos en el día a día, en lo bueno que podemos dejar en los demás.
Él es un gran hombre, el que mas he admirado, el que cada día camina a mi lado, el que yo se que desde algún lugar me cuida y me procura.
Él era mi abuelo, el dicharachero, el goloso, el que comia crema de maní por las mañanas y aseguraba que una comida sin dulce no es comida; el que con una mirada podía averiguarlo todo.
Esa fue su vida, la prueba que le toco vivir y la forma en que la enfrentó, si... puedo casi saberlo, podría estar segura, cuando ella vino a buscarlo él andaba distraido, lo tomó por sorpresa y no lo dejo luchar.
Rencorosa y vengativa, regresaba una y otra vez, pero él fue fuerte... Recuerdo una vez, tenía dos hijos pequeños, mi abuela lo vió tendido en una cama del hospital y se lo advirtió -Ahhh nooo... ami no me vas a dejar con estos niños pequeños, no se como le haces pero te me levantas de esa cama, no te puedes morir y dejarme aqui. ¿Cómo esperas que los crie yo sola?!
Si... varias fueron las anécdotas, y el Hospital de la Raza el escenario donde estas se presentaban, excepto ese día...
Lo recuerdo en tonos sepia... lo recuerdo como si pasara lentamente y yo lo viera desde la distancia, como si lo hubiese vivido yo, pero no lo hubiese vivido yo...
Era un sábado, como cualquier otro sábado por la mañana, mi hermano y yo nos habíamos despertado para ver televisión acurrucados en nuestra cobija de caballos; veíamos "Que payasos" que en esa época lo transmitían desde "Reino Aventura", de pronto, un toquido en la pared; un toquido en la pared significaba que llamaban desde la casa de a lado y era mucho mas rápido y eficiente que llamar por teléfono.
Mi madre salió, regresó mas apurada que de costumbre y todo cambió... A lo lejos comenzaron a sonar las sirenas, las mismas sirenas que anunciaban que algo pasaba, las mismas sirenas que tanto tiempo antes me acostumbré a escuchar, aunque esta vez, sonaban diferente...
Paralelamente, mi papá se vistió rápidamente y siguió a mi mamá, nos dieron un beso en la frente y dijeron, -su tía vendrá a buscarlos, vayan con ella y pórtense bien...
Ella llegó, tomamos ropa para 2 días, y nos fuimos con ella.
Yo sabía que algo no andaba bien, y no solo no andaba bien, algo andaba MUY MUY MAL...
Ir a casa de mi tía era como tener vacaciones, tenía perros, gatos y pájaros, preparabamos pasteles, galletas, cocteles de frutas con perlas, comíamos tacos, rentabamos películas y comíamos palomitas, y todo eso sin la censura de nuestros padres!!
Si.. algo andaba muy mal...
Esa noche, después de bañarnos, mi tía seco nuestro cabello y nos dijo, hoy vamos a rezar. Ella lo sabía, sabía algo y no nos lo había dicho, sabía que algo había pasado pero no nos decía que; recuerdo haberme enojado, pues mi hermano, en un ataque de nervios comezó a reir mientras rezabamos un padre nuestro. Esa noche dormi con los ojos abiertos, me sentía incompleta, algo habían tomado de mi vida y ese algo nunca más volvería, no sabía como, ni porque, pero un pedacito de mi alma se había perdido y no supe porqué...
Pasaron muchos años, para que dejara de llorarle, cada día en su cumpleaños, le llevaba una flor blanca a la capilla donde él esperaba mi llegada, le hablaba y él me respondía... pasaron tantos años... y cada año en el día de su muerte le lloraba, me enojaba que él no estuviera a mi lado y se lo reprochaba.... Un buen día alguien me dijo "cuando lo vas a dejar descansar" y entonces todo lo entendí...
Él se había marchado, pero no del todo... él aún vivía en mi, en mis recuerdos, en sus palabras, en las sencillas pero grandes enseñanzas que me dejó.
Ahora, ya no le reclamo, ni le lloro, solo pienso mucho en él, y creo que es un ser humano del que vale la pena crear un post.
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